Andrés Manuel López Obrador advirtió que la reforma a la Ley de Salarios Máximos, aprobada ayer en la Cámara de Diputados, es un triunfo del movimiento nacional en defensa de la economía popular, el petróleo y la soberanía nacional.


Advirtió que dará seguimiento, primero en el Senado de la República y luego en los Congresos locales, hasta que se apruebe la propuesta como reforma constitucional, porque no nos van a dar atole con el dedo. Necesariamente, manifestó, tiene que pasar por las dos cámaras federales y ser aprobada cuando menos por 16 legislaturas locales.

    Tenemos que cambiar las cosas porque no puede haber un gobierno rico con un pueblo pobre, señaló en el primer día de su gira de esta semana por las delegaciones políticas del Distrito Federal.

    La ley, manifestó, se logró aprobar en la Cámara de Diputados y cuando se aplique a los ministros de la Corte, que hoy ganan 600 mil pesos mensuales, van a tener que recibir la mitad de este sueldo. Lo mismo los senadores, diputados federales y altos funcionarios públicos. Todos a la mitad. Esto es fruto de nuestro movimiento, manifestó.

    López Obrador inició ayer su gira en la explanada de la delegación Milpa Alta, donde ocurrió un conato de violencia entre un grupo de asistentes. Gente vinculada a Sergio Ávila, candidato perdedor de Izquierda Unida a jefe delegacional en las elecciones internas del PRD, comenzó a gritar “¡fuera chuchos!, ¡fuera chuchos!”, al detectar la presencia de personal de esa demarcación, cuyo titular pertenece a Nueva Izquierda. El representante de esta corriente, Francisco García, resultó ganador en los citados comicios.

    Hubo gritos, algunos golpes y empujones, en los que participaron inclusive integrantes del PT y de Convergencia. El diputado federal perredista Alejandro Sánchez Camacho, quien estuvo envuelto en la trifulca, sostuvo después en entrevista que en las agresiones estuvieron involucrados miembros de participación ciudadana y desarrollo de la delegación.

    En su discurso, el ex candidato presidencial afirmó que la gira por las delegaciones políticas capitalinas es para informar sobre el movimiento nacional en defensa de la economía popular. Subrayó que es y ha sido pacífico, y nosotros no vamos a caer nunca en la trampa de la violencia.

    Más tarde, en Xochimilco, señaló que el movimiento continuará protegiendo al pueblo ante la crisis porque –sostuvo– la situación económica está “agravándose. No se va a resolver esto rápido, porque ya ha habido una devaluación del peso de 50 por ciento.

    “Hay mayor crisis por falta de consumo, hay mortandad de empresas y hay mucho desempleo en nuestro país. Diariamente alrededor de 5 mil mexicanos pierden su trabajo, sostuvo al encabezar una asamblea informativa.

    Tenemos que enfrentar a la oligarquía y lo vamos a hacer en el terreno político, de manera democrática. ¿Para qué nos vamos a enfrentar? Para devolverle el poder al pueblo, para que haya una verdadera democracia en nuestro país. No queremos que sea para unos cuantos, indicó.

    Queremos que haya patria para todos: para el pobre, para el humillado. Ése es el objetivo principal de este movimiento: cambio en lo económico, en lo político, en lo social. Fortalecer nuestros valores culturales, morales, espirituales. Por eso hablamos de una transformación. No es el quítate tú porque quiero yo; no es la ambición por el poder, mucho menos la ambición al dinero.

    Tiene que llevarse a cabo una transformación en todos los órdenes de la vida pública, añadió. Enfatizó la necesidad de concretar un cambio en la política económica, porque la actual no ha funcionado. En 26 años no ha habido crecimiento de la economía, no se generan empleos, obligaron al pueblo de México a la sobrevivencia, a irla pasando y lo obligaron a tener que abandonar el país.

    Pero también, añadió el dirigente, vamos a cambiar la política energética. Ya no vamos a seguir aceptando que se venda petróleo crudo y estemos comprando casi la mitad de la gasolina que consumimos.

    Tiene que cambiar la política petrolera; le tenemos que dar valor agregado a nuestra materia prima y aquí, en México, producir las gasolinas, el diesel, y convertir el sector energético en palanca de desarrollo nacional para que haya empleos.

    Debe haber un cambio en la forma de hacer política. Como lo he venido repitiendo, ya no el político de siempre, el político prepotente, fantoche, mediocre, ladrón, que tanto daño le ha hecho a nuestro país.

    En lo social, continuó, no queremos vivir en un país con una monstruosa desigualdad económica y social.


Fuente: www.jornada.unam.mx