Sergio Peña Mendoza, El Concord --uno de los principales operadores de Los Zetas--, fue detenido el pasado fin de semana por la Policía Federal (PF) en Reynosa, Tamaulipas. El capo, de 39 años, ocupaba dentro del cártel un nivel similar al de Jaime González Durán, El Hummer, capturado a finales de 2008.



Sin embargo, El Concord, también dejó su huella violenta en esta entidad.

Desde que el 13 de junio de 2006 escapara del penal de Nuevo Laredo, Tamaulipas, Peña Mendoza anduvo a salto de mata por dos años, hasta que se le ubicó en Chiapas, donde ya había tejido una red de protección en la zona centro del estado.

         Justo tres años atrás de esa fuga, el 12 de junio de 2003, agentes de la Procuraduría General de la República (PGR) habían capturado en Nuevo Laredo, Tamaulipas, a El Concord, en compañía de una joven mujer, Melisa Ivette Pérez Velásquez, cuando circulaban a bordo de un vehículo tipo pick up.

Al ser detenido en un retén y revisada la unidad, ocultó su verdadero nombre y se hizo llamar Carlos René Solís Martínez.

En ese momento se le decomisó un arma de fuego de uso exclusivo de los militares y un envoltorio de mariguana, que argumentó era para su consumo personal.

         Luego personal de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada, dentro de la indagatoria PGR/UEDO/265/2003, lo vinculó a Jorge Alberto Ortiz García, dirigente de una célula perteneciente a la organización criminal que entonces encabezaba Osiel Cárdenas Guillén, el cártel del Golfo.

En menos de quince días, el juez séptimo de distrito en procesos penales federales en la Ciudad de México --dentro de la causa penal 70/2003-I-- decretó contra El Concord la formal prisión por su probable responsabilidad en la comisión de los delitos de violación a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada; contra la salud en su modalidad de posesión de mariguana con fines de comercio, así como portación de arma de fuego restringida.

Pero la historia de El Concord no terminó ahí.

Su fuga del penal donde se encontraba confinado fue violenta como su posterior actuación. Después de haber conseguido armas en el interior de la cárcel, concretó su huida el 13 de junio del 2006.

Durante su escape, una mujer que había ido de visita al penal perdió la vida, así como tres internos, que no pudieron huir junto con otros diez internos que acompañaron a El Concord en su aventura.

Más de dos años después las autoridades deducen que fue El Hummer quien desde fuera del penal planeó la fuga de El Concord.

Entonces ya no se supo más de Sergio Peña, hasta que en junio pasado una serie de acciones violentas delató su presencia en Chiapas.

El 24 de junio del 2008 trascendió que El Concord ya operaba en la sureña entidad.

Por ello se pusieron en marcha varios operativos que derivaron en las capturas de sicarios y personal a su servicio. Incluso se difundió un retrato hablado de Peña Mendoza.

 

La red de protección

En agosto pasado, el entonces titular del Ministerio de Justicia, Amador Rodríguez Lozano, reveló que El Concord tenía como sus principales zonas de operación Tuxtla, San Cristóbal y Chiapa de Corzo.

         Ahí recibía protección de una red de policías que lo encubrían.

         Algunos de ellos fueron detenidos, otros más escaparon.

Rodríguez Lozano los identificó: Jesús Alejandro Robles Pastrana, de Tuxtla Gutiérrez: Benito Ángeles Alfaro Álvarez, policía municipal del Grupo Táctico en la capital de Chiapas; Sergio Pola Beltrán, originario de de Chiapa de Corzo; José Manuel Juárez Pérez, de la Policía Estatal Preventiva; José Pérez González, originario de Guanajuato, y Daniel Olivar Félix, de Zacatecas.

También fueron detenidos Santiago Camacho Zenteno, originario de Palenque; Jesús Peña López, expolicía ministerial en el Estado de México, y Armando Robles Gómez, de Tuxtla Gutiérrez.

         Se les decomisaron siete pistolas calibre nueve milímetros y 38 súper, 47 armas largas de las llamadas R-15 o cuerno de chivo, 41 granadas de fragmentación, 16 vehículos, varios paquetes de mariguana y cocaína, así como chalecos antibala, 4 mil 443 cartuchos y 412 cargadores.

Se identificó así mismo a otros cinco policías, ahora prófugos, que presuntamente estaban en la nómina de El Concord. Se trataba de dos comandantes, un jefe de grupo y dos policías ministeriales, quienes supuestamente recibían mensualmente pagos de 150 mil pesos.

El entonces procurador dijo que los agentes vinculados con la banda criminal eran Fernando Navarro Gómez, Igor Bandala Bermúdez y el policía de tránsito José Luis Campuzano Serrano, además de los policías ministeriales Salvador Espinosa Espinosa y Gustavo Trejo.

Agregó que esta célula del cártel del Golfo encabezada por El Concord era la responsable de la ejecución del jefe policiaco José Luis Altúzar Zamudio, quien fue encontrado ejecutado el 5 de julio pasado cerca de la zona de tolerancia de Tuxtla.

Supuestamente Altúzar Zamudio cobraba 150 mil pesos mensuales por filtrar información al cártel del Golfo, pero como había estado fallando por sus servicios, sostuvo una discusión con los sicarios y fue levantado junto a su esposa, hasta que le dieron muerte en presencia de ella.

Más tarde, el 9 de julio del 2008, fue ejecutado Gerardo Reyes Pérez en Chiapa de Corzo, luego que un narcomenudista lo denunciara ante El Concord.

La célula también es responsable de la ejecución a tiros del ingeniero y empresario de San Cristóbal de las Casas, Marcos de Arcia Hernández, quien fue encontrado semicalcinado en un camino que conduce de esa ciudad hacia el pueblo de Tenejapa.

         Rodríguez Lozano aclaró que el empresario no tenía ninguna relación con el crimen organizado como se había especulado:

"Fue un asesinato artero, cobarde, donde El Concord se lo encuentra en San Cristóbal en un semáforo, voltea y le dice a su gente, 'oigan, ya vieron qué suave está esa Hummer que trae ese güey: se me hace que ése ha de ser medio narquillo'.

"El ingeniero voltea y los ve y en ese momento se empiezan los roces de arrancones y mentadas sobre el bulevar".

El exfuncionario chiapaneco añadió que "nuevamente se dicen cosas El Concord y el ingeniero, parece que se mientan la madre y entonces en ese momento deciden matarlo.

"Lo siguen hasta su arenera, baja el ingeniero, confiado en su entorno de trabajadores y los retó a viva voz. Bajan éstos con sus R-15, le pegan con las culatas, lo suben con ellos para después torturarlo, ejecutarlo y quemarlo a la salida a Tenejapa, donde su cuerpo fue hallado chamuscado", dijo el exprocurador.

Fue por ello que Rodríguez Lozano puso precio a la cabeza de El Concord: 500 mil pesos.


Fuente: www.proceso.com.mx