FMP: Entre el partido, universidad y el gobierno
May 20, 2009Este artículo pretende ser, y es probable que lo sea,
uno de los más polémicos que se hayan escrito en esta página. A manera de
denuncia, ciudadana, popular, y probablemente que muchos colimenses quisieran
hacer, expondremos los datos biográficos de uno de los personajes más
controvertidos de la política colimense: Fernando Moreno Peña.
En 1968, pese a las visitas de estudiantes de la UNAM
y de la Universidad de Chapingo a la Universidad de Colima —entre agosto y
septiembre de ese año— para informarles la situación del movimiento y demandar
el apoyo de los universitarios colimenses, la dirigencia de la FEC se hizo de
oídos largos cuando ocurrió la matanza de Tlatelolco. Tan se hizo sordo ante
los hechos que pronto sus líderes se ubicaron del lado del Gustavo Díaz Ordaz y
por las mismas fechas pidieron autorización al gobernador para que se
cancelaran las clases de la Universidad de Colima por diez días, desde el 14 de
octubre, con motivo de la celebración de las Olimpiadas. Por su puesto, la
petición les fue concedida ante tan buenos títeres.
Años más tarde, durante la década de los setentas en
Colima, la Federación de Estudiantes Colimenses protagonizó un movimiento
estudiantil estatal, mismo, que en algunos periodos llegó a librar fuertes
enfrentamientos con el gobernador en turno Pablo Silva García y Arturo Noriega
Pizano. Este movimiento, lejos de parecerse al Movimiento estudiantil en México de 1968, fue una
lucha de poder, en la que el presidente y gobernador, se disputaban terreno, y
en la cual los líderes
estudiantiles siempre mantuvieron una posición de respaldo al gobierno federal,
y el federal, por su parte, de respaldo al movimiento.
Esta alianza con el gobierno de Luis Echeverría Álvarez, se vio concretada con
la creación por parte de los principales dirigentes estudiantiles del llamado
Grupo Universidad, desde el momento en que lograron el control de la rectoría
de la Universidad de Colima, así como diversos cargos a través del PRI, siendo
a la fecha los exlíderes de la FEC, Fernando Moreno Peña y Arnoldo Ochoa
González, los más conocidos, ambos ocupado la gubernatura, el primero de
De los dirigentes
estudiantiles, habría que agradecer a uno. El privilegiado necesitaba tener el
perfil necesario que requería un político para ser miembro del partido estatal.
Es entonces que Moreno Peña dio tintes de brillar entre los demás, se ganó a
pulso ser galardonado, había encabezado movilizaciones que terminaron siendo
reprimidas por el gobierno estatal y organizado secuestros de camiones y la
toma de la Rectoría que fue llevada a cabo entre pleitos de facciones,
situación que terminó con, inclusive, la muerte de algunos estudiantes, desde ese entonces se martirizó el
movimiento.
Por su esplendida conducta pro gobiernista y sus
servicios prestados al gobierno federal seria premiado. Echeverria envió a
Porfirio Muñoz Ledo (quien en los setenta fuera presidente nacional del PRI) a
Colima para informar de una candidatura a diputado federal que seria otorgada a
un líder estudiantil del estado. Los más sonados, nos siguen sonando el día de
hoy: Fernando Moreno Peña y Arnoldo Ochoa González. Finalmente, Moreno fue el elegido
por la cúpula priista, a Arnoldo, por su parte, le llegaría su turno en 1979.
Echeverria
hacia esfuerzos por limpiar su imagen luego de la matanza de Tlatelolco
cambiando la actitud del gobierno federal con las universidades y los
estudiantes, intentando, decía Echeverria, “a generar otra vez los canales de
comunicación, de acuerdo y de consenso”. Claro está, y la historia no me dejará
mentir, que esos “lideres estudiantiles” estaban lejos de representar los
ideales que planteaban aquellos estudiantes del 68 que terminaron exiliados en
el extranjero, los afortunados, y los otros, inmiscuidos en actos de guerrilla
en represalia por la represión gubernamental o como presos políticos.
Universidad:
El PRI toma el control
El PRI llegó a la universidad para quedarse, y es que,
si bien el movimiento pugnaba por libertades estudiantiles, terminó limitando
la posibilidad al alumnado de exponer abiertamente su ideal político. Como ya
fue expuesto, el llamado Grupo Universidad surgió en los años 70 con el apoyo
inicial del ex presidente Luis Echeverría Álvarez. Este grupo fue encabezado
por Humberto Silva Ochoa, personaje que fuera rector universitario, otorgara el
grado de profesor emérito a López Portillo y que por tan ilustre acción fuera
designado diputado federal, hoy por hoy, continua en la esfera política
colimense.
El historiador colimense Héctor Porfirio Ochoa relata
que el movimiento estudiantil del que nació el Grupo Universidad jamás tuvo
relación, ni por supuesto se derivó de la lucha estudiantil de 1968 en el
Distrito Federal. El grupo fue mas bien el instrumento priista para hacerse de
la universidad… así las cosas. Mientras los estudiantes parecían estar
supuestamente peleados (casi casi a muerte) con el entonces gobernador Arturo
Noriega Pizano, estos mismos, tenían todo el apoyo del “presiso” Echeverría,
mismo que aprobó la creación y proliferación de grupos porriles en el país a
fin de contener los movimientos independientes, reales, para minimizar los
otros y reprimirlos.
Hagamos memoria. En la matanza de corpus, por ejemplo,
precisamente durante el gobierno echeverrista y a dos años de la matanza de
Tlatelolco. Durante esta, una manifestación estudiantil en apoyo a los
estudiantes de Monterrey, fue violentamente reprimida por un grupo paramilitar
al servicio del estado llamado "Los Halcones".
A finales de 1970 profesores y estudiantes de la
universidad neolonesa presentaron una ley orgánica que proponía un gobierno
paritario y en marzo de 1971 llegó Héctor Ulises a la rectoría bajo esta nueva
ley. El gobierno estatal, en desacuerdo, redujo drásticamente el presupuesto,
lo que disgustó a los universitarios, y obligó al Consejo Universitario a
aprobar un nuevo proyecto de ley que prácticamente suprimía la autonomía de la
institución. Los universitarios comenzaron una huelga y se pidió solidaridad a
las demás universidades del país. Tanto la UNAM, como el Instituto Politécnico
Nacional (principales actores del movimiento del 68) respondieron
inmediatamente y los estudiantes convocaron a una manifestación masiva en apoyo
a Nuevo León el día 10 de junio.
Ese mismo día, un grupo de choque entrenado por la Dirección Federal de
Seguridad y conocido como “los halcones” atacó brutalmente a los estudiantes,
que intentaron inútilmente esconderse de los jóvenes armados. Dos contingentes
chocaron, uno, aparentemente solidario con el movimiento iba armado y gritando
consignas a favor del Che Guevara, el socialismo y el movimiento estudiantil,
no obstante, se encontraban armados y atacaron a los estudiantes. Estas
personas eran en realidad soldados encubiertos que fueron enviados ahí para
sofocar los ánimos estudiantiles… de nueva cuenta. La policía no intervino
porque no tenía órdenes de hacerlo y permaneció como espectadora permitiendo la
masacre. El número de muertos fue sin duda superior a 30.
Esa misma noche Luis Echeverría
anunció una investigación sobre la matanza y afirmó que castigarían a los
culpables. El desenlace es por todos conocidos…
Nombres, nombres, nombres…
La sangre corrió también por Colima. Un hecho extraño
y que facilitó la llegada del grupo porril echeverrista a la rectoría y a tomar
el control absoluto de esta institución fue el asesinato del ex seminarista y
líder estudiantil Benito Aguilar, quien fuera ultimado a balazos por su propio
compañero Javier Valencia dentro del campus universitario.
Los que quedaron… vivitos y coleando, tomaron las
riendas y se hicieron victimarios de la represión gubernamental, entre ellos se
encontraba Humberto Silva Ochoa, Fernando Moreno Peña, Arnoldo Ochoa González y
Juan José Farías Flores. Todos, se aprovecharon de tan “inusual” incidente para
fortalecerse, paseando por las principales calles de Colima su féretro, hasta
que llegaron a palacio de gobierno y recriminaron el suceso al mismísimo
gobierno. Cosas del destino, tanto Aguilar como Valencia eran líderes
estudiantiles y no, por lo menos hasta hoy conocidos, agentes del gobierno
estatal. Provisionalmente vamos a creer su afiliación echeverrista.
Par limpiar culpas, lejos de acudir con un chaman para
que le hiciese una sanación y de paso le exorcizara el “chamuco” como dicen por
las calles, el ex presidente Luis Echeverría otorgó más apoyos económicos a la
Universidad. Dos años después, Javier Valencia murió, sin causa alguna aparente
en la cárcel… nunca se conocieron las causas del homicidio, ni de su muerte…
según lo dijo en su tiempo el presidente del Comité de Derechos Humanos no
Gubernamental, Efraín Naranjo Cortés.
Y se abrió el telón y comenzó la función… a partir de
entonces, el Grupo Universidad comenzó a obtener posiciones políticas para sus
miembros más “destacados”. Moreno Peña, de quien nos ocupamos esta vez, tenía
tan sólo 23 años cuando fue elegido diputado federal. Luego Arnoldo y Humberto
también llegarían a legisladores federales. Ex dirigentes de la Federación de
Estudiantes Colimenses como Alfonso Muñiz Gaitán, Claudia Angélica Alcaraz
Murguía y Adrián López Virgen fueron también, como ejemplo, diputados locales
por el PRI.
El GU se fracturó por primera vez en 1989, durante la
rectoral de Silva Ochoa a Moreno Peña, quien fuera el miembro más joven del
club. Muchos integrantes se inconformaron por esta decisión pues creían tener
meritos suficientes para el puesto. La corriente encabezada por Arnoldo Ochoa
González y Juan José Farías Flores, quienes fueran en ese entonces posibles
rectores, se separaron del grupo en medio de una bola de acusaciones entre
ellos mismos. El caos por el poder.
Moreno entonces se perpetuo de la rectoría, siendo
director de la máxima casa de estudios de Colima de
Gobierno
A finales de 1996 y comienzos de 1997, el Diario de
Colima, que en ese entonces se encontraba en poder de otra cúpula de distintos
intereses, se acusó a Fernando Moreno de delito de daño en propiedad ajena en
agravio de su tío Enrique Moreno Díaz el 28 de diciembre de 1974, fecha en la
que también, de acuerdo a los autos de Ministerio Público, profirió amenazas de
muerte en contra de sus familiares con los que serian conocidos como “gorilas
de la Federación de Estudiantes Colimenses”. Además de esto, fue acusado de
secuestro y torturas por J. Guadalupe Alcaraz Moreno ante la PGJE por miembros
del grupo estudiantil disidente José María Morelos, refiriéndose a los hechos
que sucedieron el 17 de enero de 1984, en donde fueron reprimidos un grupo de
estudiantes que luchaba por la democratización de la FEC.
Con la llegada de Moreno Peña a la gubernatura (del 1
de noviembre de 1997 hasta el 31 de octubre de 2003) es que se da su distanciamiento
con quien fuera su protector, Humberto Silva Ochoa. Moreno entonces intentó
consolidarse como único jefe político del GU, es decir, la Universidad y el
gobierno. Para evitar esto, Silva Ochoa suscitó la creación de la Asociación de
Ex Presidentes de la Federación de Estudiantes Colimenses, misma que exigía
reformas a la Ley Orgánica de la Universidad de Colima, siendo, durante su
segundo año de administración designado secretario general de Gobierno por FMP,
cargo en el que estuvo hasta 2002, cuando dimitió el puesto para intentar ser
candidato del PRI al gobierno colimense.
Humberto no se vio favorecido por Fernando, por que
este último eligió como su sucesor a Gustavo Vázquez Montes, así que el primero
de octubre de 2003, Silva Ochoa tomó protesta como diputado local, puesto en el
que sólo estuvo tres meses, ya que el primero de enero de 2004 asumió la
Secretaría de Desarrollo estatal, en tanto que Arnoldo Ochoa González fue
designado secretario general de Gobierno por Gustavo Vázquez, ambas designaciones
por mandato del mismísimo Moreno, situación que no agradó mucho a este ultimo.
Es,
a finales de 2003 que la PGR comenzó una investigación para determinar si el ex
gobernador de Colima, Fernando Moreno Peña, mantenía nexos con el narcotráfico,
como fue anunciado por el Subprocurador de Investigación Especializada contra la Delincuencia
Organizada el 28 de noviembre de ese año.
José Luis Santiago
Vasconcelos (hoy fallecido junto con Juan
Camilo Mouriño en
el ya conocido “accidente” de error humano como nos expuso el señor Téllez)
hizo referencia a diversos desplegados publicados en varios diarios en los que
se involucra a Moreno con el narcotráfico. En ellos, se acusaba a Fernando
Moreno Peña y a Jesús Antonio Sam López, en ese entonces Procurador de Justicia
del Estado, de haber recibido dos millones de dólares, por dejar en libertad a
Ramón Arellano Félix en 1998.
Dudas que matan
No sabemos, y es probable que jamás
lo sepamos, si en realidad el entonces gobernador de Colima, Gustavo Vázquez
Montes, falleció a causa de una falla mecánica de la aeronave en la que
viajaba. La historia nos lleva a remontarnos a otros hechos con los que podemos
suponer la falsedad de los hechos y desmentir la idea de que efectivamente se
trató de un accidente, si es que tomamos por ejemplo, elementos externos.
Sin pretender abrir espacio a la especulación, las
condiciones políticas que prevalecieron en el estado de Colima, la guerra
declarada entre los diversos cárteles del narcotráfico de las que Colima es uno
de los actores centrales y la disputa por la sucesión presidencial nos llevaron
en ese entonces a intentar hilar hechos.
Ruptura con GVM
Gustavo Vázquez perdió la vida el 24 de febrero de
2005 cuando el avión en que viajaba se desplomó en Tzitzio, Michoacán, un lugar
serrano que presuntamente es controlado por el narcotráfico. Al momento de su
muerte, Vázquez Montes solo llevaba13 meses en su cargo, y a pesar de esto ya
vivía inmerso en una severa crisis resultado de diferencias bastante profundas
con su antecesor... Fernando Moreno Peña, el mismísimo “gober” que en sus
excesos por imponer al hoy “San Gustavo” como su sucesor provocó la anulación
de las elecciones de julio de 2003. Sin embargo, a pesar de esa anulación que
decretó el Tribunal Federal Electoral, en las elecciones de diciembre de ese
mismo año, Gustavo volvió a ganar la votación.
Gustavo Vázquez, quien fuera profesor normalista y
militante priista de por vida llegó a la gubernatura gracias al apoyo brindado
por el magisterio, cuya dirigente, Elba Esther Gordillo, hizo lo propio para
mantener el control político en Colima, desde donde podía ampliar su influencia
al sur del estado fronterizo de Jalisco. Vázquez Montes era uno de los pilares
políticos del grupo de Elba Esther, un activista del grupo conocido como Los
Tecos de la UAG, perteneciente al "grupo de los no alineados",
gobernadores que se mantuvieron al Roberto Madrazo y el “Tucom”. Pero en el
fondo, los afectos, las lealtades y sus esfuerzos políticos estaban con doña Elba,
a quien le debía toda su carrera política.
Con Gustavo en el poder, Moreno se empeñó crear una
especie de maximato, al obligar al gobernador a poner en su gabinete a tres de
sus incondicionales: Jesús Antonio Sam López, como Coordinador de Seguridad
Pública; Victórico Rodríguez Reyes, como Secretario de Administración, y finalmente
José Gilberto García Nava, como Procurador estatal. Es decir, detrás de la
imagen de Gustavo se escondía Moreno, quien mantenía el control de la
administración del Gobierno, la policía estatal y la procuración de justicia.
Con tal poder, no nos cuesta trabajo cuestionar la
autoridad y situación en la que se encontraba Gustavo. Moreno, en otras
palabras, era amo y señor estatal manteniendo el control total del Gobierno de
su sucesor, la universidad y el partido. Fue esta situación la que provocó,
desde los primeros días de la administración vazquista, las primeras
diferencias entre el nuevo mandatario y su sucesor, llegando la crisis a tal
grado que el gabinete obedecía a 2 “gobers”.
Cosas de todos los días… ya para entonces la sociedad
colimense se veía inmersa en un clima político de descomposición con las
acusaciones a Moreno de 2003 y con el suceso de la madrugada del 4 de diciembre
de 2003, en que, a las afueras del Congreso de Colima, aparecieron muertos de
un tiro en la cabeza tres perros que llevaban los nombres de Fernando Moreno
Pena, Gustavo Vázquez Montes y Antonio Sam López.
El mensaje, en su momento, se atribuyó al
narcotráfico. Eran tiempos electorales y durante ellos crecían los rumores de
que FMP mantenía vínculos con el narcotráfico. En respuesta a este mensaje,
Moreno pagó un desplegado en varios periódicos locales en el que negaba tales
vínculos y repudiaba el mensaje.
Fue esa "mafia", a la que se refería Moreno
Peña, la que tenía un estrecho vínculo de narcotráfico, con Tamaulipas. Más aún, es
conocida la relación que existe entre esas dos entidades, como "el eje
Colima-Tamaulipas". Según los especialistas, las playas de Colima por su
carácter de extensas, poco explotadas y muy poco resguardadas, representan un
paraíso para el arribo de una buena porción de la droga que llega a México. El
caminito en otras palabras es este: de Colima la droga es transportada a
Tamaulipas, y de allí a la frontera con Estados Unidos.
Luego de los rumores y la investigación de la PGR, se
deslindó a Moreno del narcotráfico. A pesar de ello, las versiones no cesaron
sobre su presunto vínculo con el crimen organizado. Pero en realidad las
acusaciones más fuertes eran contra Jesús Antonio Sam López, quien con sus
métodos estilo Durazo se ufanaba de "mantener a raya" al crimen en
Colima. Sam López fue conocido como un policía represor, gustoso de la buena
vida y que representó toda una calamidad para Gustavo.
En medio de el clima de estos enfrentamientos políticos,
fue asesinado, el 13 de febrero de
Por si fuera poco, o como dijera la canción,
“coincidencias tan extrañas de la vida”, es importante mencionar, otra vez en
referencia a el Eje Colima-Tamaulipas, que en 2005 Fernando Moreno era delegado
especial del PRI en Tamaulipas. Además, al momento en que se rescataban los
restos del avión en que fallecieron el gobernador y otras personas, el grupo
político de Moreno ya se disputaba la sucesión. Según la Constitución local, ante
la ausencia del Gobernador, el Congreso local nombrará un gobernador interino,
el que en un plazo no mayor de 60 días deberá convocar a nuevas elecciones,
resultando éste Arnoldo Ochoa, amigo de toda una vida de Moreno, a quien
respaldó Fernando para ser candidato en las elecciones de 2009 en que perdió
con Mario Anguiano.
Elba Esther vs. Madrazo
La muerte de nuestro “gober”, hay que decirlo, significó
una baja sensible para la profa Elba Esther Gordillo en su lucha contra Roberto
Madrazo, de quien por cierto, Moreno fuera coordinador de campaña. La muerte de
GVM pudo haber significado un duro golpe de los fernandistas sobre la maestra,
quien terminó separándose del PRI y fundando su propio organismo político. Como
ya se había expresado, Vázquez Montes era una pieza clave del SNTE para
reposicionar a esa fuerza sindical y política en Jalisco, quizá, Madrazo en su
afán por destruir a Elba utilizó la ayudita de uno de sus principales
seguidores aquí en Colima. De igual forma, la alianza entre el SNTE y el grupo
político de Los Tecos, oriundos de Tecomán, Colima, continúan con presencia en
ese estado, sobre todo en la Universidad local.
Madrazo, con la muerte del fallecido gobernador, se
presentó ante una oportunidad inigualable, la de sumar a sus filas uno de los
gobiernos que parecían indecisos. Y es que Madrazo metió en Colima, a ordenes
del mismo Moreno, al gobernador interino Arnoldo Ochoa, en otras palabras, a
uno de los suyos.