Esta institución de carácter religioso se ha ganado (a pulso) el titulo de “El peor enemigo de México” junto con nuestro vecino del Norte. La Iglesia se ve a sí misma y se proclama como la encargada por Jesucristo para ayudar a recorrer el camino espiritual hacia Dios viviendo el amor recíproco y por medio de la administración de los sacramentos (bautismo, eucaristía, confirmación, penitencia, matrimonio, etc), a través de los cuales Dios otorga la gracia al creyente. Sin embargo, esto está más lejos de lo normal, ya que la iglesia se ha caracterizado por la destrucción del rumbo al cambio que el país necesitaba en diferentes epocas históricas, y lamentablemente, aun en nuestros días.

 

Su poder de convocatoria es abrumador, millones de fieles alrededor de nuestro país acuden los Domingos a escuchar la palabra de un hombre que dice ser un representante de Dios en la tierra. Los creyentes suelen compartir los ideales de amor, cristianismo y otros, que si bien en la parte exterior o secular del clero a veces si es cumplida de alguna forma, esta muy lejos de llevarse a cabo en el Alto clero. Casos como los de pederastia alrededor del mundo por parte de padres e incluso cardenales (como el caso Roger Mahony, presuntamente encubierto por Norberto Rivera) nos hacen pensar en si estos son en realidad los fines que busca esta institución. 

 

No me es posible pensar que habrá sentido Jesús, al conocer las indignas y bárbaras torturas de la inquisición hacia los infieles o inclusive fieles, cuando se abusaba del poder por estos hombres que dicen llevar a cabo los postulados de la iglesia. ¿O es que se nos han olvidado a nosotros las Cruzadas?

 

Estas series de campañas militares fueron ordenadas por el papado que veía en ellas el cumplimiento de su hegemonía sobre las monarquías y las iglesias de Oriente, la expansión de la nobleza feudal y el control del comercio con Asia, claro que esto no era dicho, pues argumentaban que el único fin de estas era la reconquista de la llamada Tierra Santa. Sus intereses pusieron a muchísimas familias sin hogar, crearon el hambre a los cristianos y musulmanes y por si fuera poco, existieron gran cantidad de masacres y atrocidades de todo tipo por ambos bandos, uno, defendiéndose del otro.

 

Aquí en México, la Iglesia impidió el poblamiento de todos los territorios del Norte de México durante la Colonia; argumentando que solo aquellos que fueren católicos serian aptos para vivir en California, Texas y Nuevo México, provocando el abandono que posteriormente seria pagado con la falta de reacción mexicana ante la invasión que podríamos llamar “protestante”. Este hecho cobró relevancia luego de la Independencia de Texas, ya que la escasez de población mexicana en ese espacio fue una de las causas por las cuales fue relativamente fácil la conquista de los territorios por los texanos durante su independencia y estadounidenses en sus intentos expansionistas.

 

Hoy por hoy. México, a diferencia de los Estados Unidos, no es un país de inmigrantes, y este último sí; que finalmente llegaron a enriquecer en diferentes ámbitos.


Continuará...